jueves, 23 de julio de 2009

Milagros de amor. Autor Carlos Alberto Fonseca.

La palabra de amor que tú me digas,
la palabra de amor que siempre espero,
granará la eclosión de mis espigas,
y en mis manos mendigas
encenderá la gloria de un lucero...

El beso que me des... El beso leve
con que algún dia sellarás mi grito,
deshojará mis pétalos de nieve
y, en un vuelo de luz, quizá me lleve
hasta el umbral azul del infinito...

¡ah, yo sé que aquel dia
me contará la Dicha sus asombros,
me envolverá en sus brazos la Alegría,
y la mano del ángel que me guía
se posará en mis hombros!

La virtud del Amor te dió la clave
para efectuar milagros como esos;
y así, por un misterio que Dios sabe,
¡toda mi dicha cabe
en el más pequeñito de tus besos!


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domingo, 5 de julio de 2009

Soledad. Nelly Fonseca Recavarren. Autora.

Mi madre debió llamarme
Soledad.

Nombre inmenso como el cielo;
nombre amargo como el mar...
Mi madre debió llamarme
Soledad.

Soledad, porque mi boca
se ha olvidado de besar;
porque las rosas se mustian
sin abrirse en mi rosal,
mi madre debió llamarme
Soledad.

Un ángel negro, a mi vera,
siembra mis huertos de sal,
Jazmín que mi mano toca
no reflorece jamás.
Mi madre debió llamarme
Soledad.

Me llaman con otro nombre
que suena a plata y cristal.
Me llaman, mas no respondo;
pues, en mi lírico afán,
yo se que debí llamarme
Soledad.

Soledad de noche oscura
que presagia tempestad.
Soledad de campo raso
sin un árbol ni un cantar.
Soledad de lo infinito:
Soledad de cielo y mar...
Soledad como la mía:
¡Soledad!

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