Me lo dijo un indio viejo y medio brujo/
Que se santiguaba y adoraba el sol/
Que en los tiempos en que el era niño/
El ceibo no lucía flores rojas como hoy/
Pero una mañana sucedió el milagro/
-es algo tan bello que cuesta creer;-
Con la aurora vimos al ceibal de grana,/
Cual si por dos lados fuera a amanecer./
Y era que la moza mas linda del pago,/
Esperando al novio toda la velada,/
Por entretenerse se había pasado/
La hoja del ceibo por entre los labios./
Entonces los ceibos como por encanto/
Se fueron tiñendo de rojo color...
Tal lo que me dijo aquel indio viejo,/
Que se santiguaba y adoraba el sol.
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domingo, 7 de septiembre de 2014
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