Oye: bajo las ruinas de mis pasiones
Y en el fondo de esta alma que ya no alegra,
Entre polvos de ensueños y de ilusiones
Yacen entumecidas mis flores negras.
Ellas son mis dolores, capullos hechos,
Los inmensos dolores, que ,en mis entrañas,
Sepultan sus raices, cual los helechos
En las húmedas grietas de las montañas.
Ellas son tus desvelos y tus rigores,
Ellas son tus perfidias y tus desvíos,
Son tus besos vibrantes y abrazadores
En pétalos tornados, negros y frios.
Ellas son el recuerdo de aquellas horas
En que, presa en mis brazos te adormecías,
Mientras yo suspiraba por las auroras
De tus ojos, auroras que no eran mías.
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martes, 23 de junio de 2009
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